Adiestramiento de los perros



Cuando decidimos incluir en nuestras vidas a un perro, pocas veces pensamos en que debería ser adiestrado. Los perros al igual que los gatos son de las pocas mascotas que comparten nuestro entorno social todos los días, a diferencia de lo que sucede con los pájaros, peces u otras mascotas exóticas que suelen estar confinadas la mayor parte del tiempo y en algunos casos, toda su vida.

Los perros, pasan a ser un nuevo miembro de la familia cuando llegan a nuestras casas y al igual que con los niños, es oportuno pensar en su educación. Hoy en día nadie concibe la vida de un niño sin la escuela y deberíamos tener la misma consideración para nuestras mascotas. Simplemente, por que es nuestra responsabilidad que su convivencia con la sociedad sea de lo mejor posible.

Existen también los perros que son destinados a trabajos especiales la mayor parte de su vida, como sucede con los perros policías, del ejercito, guardianes de establecimientos comerciales y otros, que evidentemente requieren un tratamiento distinto, pero eso es otro tema.

Sin duda que la primera parte de este adiestramiento es responsabilidad de los miembros de la familia, por que hay situaciones que sólo se dan en casa y que además son definidas por las costumbres familiares. Es importante que consideremos que todo lo que el perro aprenda en casa, es muy probable que lo haga con todo el que conozca. Es por eso que si permitimos que nuestro perro nos ponga las patas encima, nos resultará difícil hacer que no lo haga con las visitas, o bien, cuando estemos vistiendo nuestras mejores galas. El perro es un animal de costumbres y estas no pueden variar a nuestro antojo. Así, tendremos que definir los límites entre las áreas que no podrá visitar de nuestra casa, el lugar donde hará sus evacuaciones, donde estará su comida y hasta donde dormirá. Las tareas más complejas también pueden ser enseñadas en casa, pero es más frecuente que se recurra a profesionales, y esto puede ser igual de complicado que cuando decidimos por la escuela de nuestros hijos.

Existen muchos métodos para entrenar perros, las principales tendencias son las de la escuela alemana y la estadounidense, también existen diversas técnicas y lamentablemente no todos los entrenadores están capacitados para eso. Es muy frecuente que los entrenadores que conocemos hayan aprendido trabajando para otros, o tal vez, de manera empírica o autodidacta. Esto no siempre es malo, pero es bueno que lo tengamos en cuenta porque el resultado puede variar mucho.

Otros aspectos importantes, son la capacidad del entrenador para interpretar al perro, la creatividad y la experiencia, ya que todos los perros son diferentes y de esto dependerá cómo y por qué aplicar una u otra técnica. Estas cualidades no siempre se obtienen a pesar de muchos años de estudio.

Una forma práctica de evaluar a un entrenador es viendo alguno de sus perros, pida que le muestren un perro terminado, el que deberá obedecer sin reparo, debe verse alegre en el trabajo y por sobre todo, no debe sentir temor de su entrenador. Todavía es más complejo si lo que queremos es mejorar problemas de conducta, ya que sin duda no en todos los países latinoamericanos encontramos gente capacitada para eso.

Las primeras rutinas de adiestramiento por las que debemos decidirnos son aquellas que nos permitan tener control sobre la mascota, tales como la obediencia básica y avanzada. Los nombres y el contenido de la rutina pueden variar según la oferta y la demanda, pero suelen tener su base en la exigencia de los clubes caninos.

En la obediencia básica, el perro aprenderá a caminar por el lado izquierdo de quien lo lleve, sin tirar, sin atravesarse o atrasarse. Se deberá sentar cuando detengamos la marcha y además quedará condicionado para responder a la orden de sentado cuando se le dé. Igualmente aprenderá a echarse y quedarse quieto estando sentado o echado, por un tiempo que puede ser incrementado con algo de práctica. Además, se le enseña a venir cuando se le llama y cuando llega, deberá sentarse frente al que lo llamó, luego con una orden pasará al lado izquierdo para continuar su marcha.

En la obediencia avanzada, que parte por la básica, se amplía a un manejo del animal sin correa o traílla, se incluyen ejercicios de echado en movimiento y quieto en movimiento, que consisten en dar la orden mientras continuamos la marcha y el perro deberá echarse, esperar o quedar de pie esperando según el caso. Los tiempos del ejercicio de quieto se logran hacer fuera de la vista del manejador y por más tiempo.

En otros casos, se le puede enseñar al perro a custodiar la familia, la casa y/o el automóvil, pero esto debe ser enseñado por entrenadores calificados, ya que el perro requiere de una evaluación previa y no todos los perros se adecuan a este trabajo, aún cuando sean de razas con esta función zootécnica. No está de más aclarar que no todas las razas pueden cumplir con esta exigencia.

Lo más importante de este trabajo, es que el propietario de la mascota siempre será responsable de lo que su perro haga, por lo tanto, no es una decisión que puede ser tomada por menores. Luego de ser entrenado, el perro no puede hacer mayores evaluaciones y simplemente ataca, mientras que nosotros sí podemos evaluar las consecuencias de nuestros actos. Es por eso que el perro entrenado para ataque o custodia se considera en muchos países como un arma letal. Sin embargo, con el trabajo adecuado y un manejo responsable se obtienen muchas ventajas y satisfacciones.

En todo caso, el entrenamiento de un perro debe ser orientado para que podamos disfrutar mejor de su compañía, poder convivir con él y todos los miembros de la sociedad, sin que nadie se vea afectado. No tiene por que ser una decisión a la ligera y no debe dejar de hacerse. Si no tiene los recursos suficientes para que otro lo haga por usted, trate de informarse sobre sesiones de grupo que suelen ser más económicas o bien, busque entre tantos libros que hoy existen e inténtelo hacer usted mismo. A lo mejor, lo disfruta mucho más.